El sueño americano: un proyecto de branded content que no conoce fronteras

Es, probablemente, la ciudad más icónica del mundo. Nueva York se ha forjado una imagen progreso, innovación y apoyo a la creación que llama la atención de profesionales de todos los sectores, emprendedores y, por supuesto, grandes empresas como Mango

Cuenta Sarah Chuchwell en su libro Behold, America: A history of America First and the American Dream, que al principio, el concepto del ‘sueño americano’ se usó para recordar a los estadounidenses que había ideales de justicia social, igualdad y oportunidad”.

En la actualidad, sin embargo, la mayoría de la gente coincidiría en que tiene que ver con el éxito individual conectado con el hecho de que “cualquiera puede llegar a Estados Unidos y convertir su vida en un éxito», añade Chuchwell.

Esa es la historia de MANGO. Tras ser fundada en 1984 por el empresario Isaac Andic en Barcelona, en el año 2006 MANGO hacía las maletas y llegaba a Estados Unidos por primera vez. Quince años más tarde, esta gran empresa global abría la primera tienda de la marca en la Quinta Avenida de Nueva York, el eje comercial más importante e icónico del mundo. Cumplía así su propio sueño americano. Ellos lo habían logrado, ¿pero quién más?

Ese fue el punto de partida de esta aventura. Porque aunque es cierto que eso del «sueño americano» varía en función de cada persona, la creencia de que cualquiera puede alcanzar su propia versión del éxito la comparten –y han compartido- millones de valientes a lo largo de la historia que dejaron sus países de origen en busca de una nueva vida en Estados Unidos. Precisamente, ese tipo de relatos son los que fuimos a buscar a Nueva York de la mano de MANGO. Y siempre con un objetivo en mente: poner el foco de la conversación en la combinación de talento y esfuerzo, la apuesta por la innovación, la defensa de la sostenibilidad, el apoyo al emprendimiento, el fomento de la exploración artística… Valores que, precisamente, sustentan el modelo de negocio de MANGO.

Con esto en mente, se hizo el viaje hasta la Gran Manzana en compañía de la comunicadora y #MangoGirl, Gemma Galán, e Ingo Kerstjens, Global Brand Strategist de la marca para escuchar el inspirador testimonio de Tiago Valente, diseñador y director creativo que hoy ejerce como docente en la Parsons School of Design de NY; de María Postigo, fotógrafa que aterrizó en el año 2000 en NY y ha sido expuesta en galerías de Brooklyn; y Gerardo Porcel, que forma parte del equipo de ‘visual merchandising’ de MANGO y está detrás de esos más de 2.000 metros cuadrados donde todo ha sido pensado al detalle para demostrar el carácter único del Mediterráneo y brindar una experiencia de compra de lo más placentera al consumidor. Eso también es MANGO y esa historia también debía contarse.

Se hizo con tres videos con producción cinematográfica, un proyecto transmedia en las principales cabeceras de Grupo Godó -La Vanguardia y Magazine-, que ha aprovechado todo el alcance de las redes sociales propias. Se han generado más de 10 millones de impresiones y se ha logrado impactar a 135 mil personas a través de las plataformas sociales. Pero sobre todo son piezas que transmiten esa filosofía multicultural y esa voluntad de nutrirse del mejor talento que tanto impulsan desde MANGO.