El momento de las pymes

Tras la crisis provocada por la pandemia, se consolida la relación entre las marcas y los consumidores a través del entorno digital. Por eso es importante que las pymes apuesten por estar presentes y relacionarse con los ciudadanos en la Red

El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de nuestro país destina inversiones considerables a la digitalización de las pequeñas y medianas empresas.

La irrupción de la pandemia del coronavirus obligó a muchas empresas a modificar drásticamente sus modelos de negocios, así como la forma de organización y de relación con los clientes. Pasado el momento del confinamiento, muchos comprobaron que los cambios habían venido para quedarse, y que las inversiones tecnológicas podían ser muy provechosas para encarar el futuro más próximo.

 

La necesaria apuesta por la digitalización

Evidentemente, la COVID-19 ha sido un factor acelerador de la transformación digital, un proceso que en realidad ya había empezado con anterioridad. Por supuesto, las pequeñas y medianas empresas, que actualmente suponen el 97% del tejido empresarial español y son responsables de crear un 72,4% del empleo total, han sido las que han acusado de modo más severo, en muchas ocasiones, estos cambios vertiginosos.

Tal como se publica en el último Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI), la digitalización continúa siendo aún una asignatura pendiente para muchas pymes, y no solo en España, sino también en el conjunto de la Unión Europea. En el informe de 2021, se confirmó que un 24% de este tipo de empresas realizaban ya ventas en línea en nuestro país (en la UE, La cifra es aún algo más baja, concretamente del 17%), lo que implica un crecimiento de cinco puntos respecto al año anterior. Además, un 62% de pymes cuentan con, al menos, un nivel básico de intensidad digital.

Otra encuesta publicada en medios a finales de 2021, realizada por la compañía aseguradora MAPFRE, demostraba que solo dos de cada diez empresas tienen implantado, en la actualidad, un modelo de teletrabajo y menos de la mitad tiene página web. Sin embargo, todos los consultados son conscientes de la importancia de ganar visibilidad a través de la Red y de crear o trabajar en sus propios canales digitales, aunque en diversos casos haya dudas sobre cómo emprender con éxito esta transformación.

Convertir la crisis en oportunidad

Pese a la incertidumbre o las dificultades que este cambio pueda suponer, nos encontramos en el momento idóneo para que las marcas de pequeño y mediano tamaño apuesten con decisión por incorporar las nuevas tecnologías a sus procedimientos de trabajo, ya que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia español está destinando inversiones considerables a la digitalización de este tipo de compañías. Sin duda, los más de 70.000 millones de euros de los fondos europeos pueden servir para que muchas pymes se adentren o mejoren en ámbitos esenciales como la digitalización, la economía verde o la reindustrialización.

Esto implica también formas nuevas de relacionarse con sus clientes. Las pymes que sean capaces de estar presentes en redes e interactuar de modo directo con sus clientes a través de Internet tienen posibilidades insospechadas de crecimiento. Cada vez más consumidores muestran interés por acudir a los proveedores originales de un producto o servicio, en lugar de dejarse llevar por la lógica del algoritmo de los grandes suministradores al estilo de Amazon. Por eso es importante que cuando los ciudadanos contacten con este tipo de marcas encuentren información de calidad, así como  ofertas atractivas y adecuadas a sus intereses.

Una comunicación más próxima a través de las redes sociales, una buena segmentación de los potenciales clientes gracias a la inversión en tecnología o un buen marketing de contenidos pueden marcar las diferencias en una era en la que los consumidores, hastiados de las promociones indiscriminadas, ansían encontrar propuestas más personalizadas.

Sin duda, lo mejor que pueden hacer las pymes para destacar en la sobreabundancia de oferta de la Red es no tratar de imitar el estilo de las grandes marcas y trabajar a fondo su propia identidad. Algunas empresas de pequeño tamaño creen que el camino para crecer pasa, necesariamente, por arriesgarse a diversificar su oferta y tratar de abarcar todo lo que sea posible, pero esta técnica no tiene por qué dar buenos resultados. En muchas ocasiones, es mejor centrarnos en nuestro “producto estrella”, seguir siendo fieles a nosotros mismos y hacer aquello que realmente sabemos hacer, para llegar de verdad al “corazón” del cliente.

Mediante inversiones muy bajas en publicidad, una empresa de estas características puede hoy destacar en el mundo online, eligiendo de modo inteligente las redes sociales que más se adecúan a sus intereses y creando un discurso que transmita autenticidad y valores acordes al espíritu de la compañía.

La flexibilidad en las relaciones con los clientes, el trato más humano y próximo, la información fiable, la resolución rápida de problemas o la presencia de testimonios veraces y prescriptores de calidad son magníficas herramientas para sacar partido de las opciones de crecimiento que ofrece el mundo digital. Pero para que todo esto sea posible, antes es necesario apostar firmemente por políticas de inversión que tengan en cuenta el Big Data, la Inteligencia Artificial o el marketing digital. Un nuevo mundo se abre para las pymes que sepan adaptarse al ritmo de los tiempos.