Crece la contentfilia entre las agencias de comunicación

Todo cambia. Nada cambia.

“El mundo de la comunicación –sirven también los conceptos marketing o publicidad– vive ahora un momento convulso”.

Se está transformando, dicen muchos expertos. Es disruptivo, aseguran los gurús. Vivimos en un nuevo paradigma, confiesan los estudiosos. Pregunto. ¿Cuándo ha dejado de ser convulso este mundo? ¿Alguna vez, en su historia, ha perdurado inamovible, estático o incapaz de evolucionar?

“Lo único que no cambia es el cambio”, creía el filósofo Heráclito de Éfeso.

Nuestro apasionante e inquieto mundo de la Comunicación -en mayúscula- se mueve porque los profesionales que lo habitamos nos movemos. Y lo hacemos porque nuestro entorno nos pide cambios de ritmo. Damos pasos hacia adelante, hacia el lado y, también, por qué no, hacia atrás. Por aquello de aprender de los fallos. El inconformismo y la valentía nos incitan a mudar pensamientos preestablecidos y atrevernos a zarandear el statu quo. Nos adaptamos para, al fin y al cabo, hacer más cosas. Y hacerlas mejor.

El ecosistema que rodea un concepto tan trendy como el branded content es amplio, complejo y rico en las relaciones entre sus players. Las marcas trabajan para dar a luz contenidos (aunque prefiero llamarlas historias) en medios de comunicación y plataformas de toda índole en un ejercicio de cocreación junto a las agencias… de publicidad, de medios, creativas o productoras. Por citar solo algunas protagonistas. Eso según el statuo quo. La realidad, empírica, en los últimos años, nos demuestra que estamos aprovechando la oportunidad de abrirnos a nuevos compañeros de viaje. Así crecemos. Creamos más acciones. Diferentes. Y mejores.

El reto de captar el interés de las audiencias no es nuevo, pero sí mayúsculo. Y con inmovilismo, miradas cortoplacistas o recelo a compartir aventura con recién llegados, el desafío se vuelve más complejo. Bienvenidos a los que suman. La neofobia, ese temor o rechazo que sufren ciertas personas hacia lo nuevo e incontrolable, bien tratada para quienes la padecen, abre la puerta de la mejora continua. Y en branded content no paramos de mejorar. Crece la contentfilia.

Las agencias de comunicación y relaciones públicas han entrado con fuerza en este ecosistema porque han detectado -y aceptado- este desafío en un contexto, lógicamente cambiante, donde ya no solo vale aquello que siempre ha valido. No son nuevas en este campo de actuación, pero su nombre suena ahora con más fuerza.

La mayor dificultad para lograr publicity -presencia gratuita de una marca en los medios de comunicación- ha dado lugar a una apertura de las agencias hacia las denominadas colaboraciones pagadas.

Esto, y el creciente interés de las personas por vivir historias únicas, novedosas, emotivas y comprometidas han desencadenado que esta tipología de agencias arranquen -o impulsen todavía más- su aventura en el branded content. Las personas hemos cambiado nuestra manera de consumir información o entretenimiento. Y los profesionales de este y muchos otros sectores se reinventan para seguir comunicando, pero de maneras distintas. Fantástica noticia.

En Godó Strategies somos testigos de cómo la relación con las agencias de comunicación y relaciones públicas, siempre activa y fluida en entornos más periodísticos, se ha intensificado en la actualidad ante la posibilidad de desarrollar proyectos de branded content. Su profundo conocimiento de la Comunicación -en mayúscula- y de las marcas a las que asesoran -sus clientes- aportan una mirada complementaria en nuestro mundo. Junto a cineastas, guionistas, músicos, analistas, diseñadores, y una larga lista de content lovers, configuran el nuevo statu quo del branded content.