10 tendencias en Responsabilidad Social Corporativa para los tiempos que vienen

Como ciudadanos y consumidores esperamos que las marcas que respetamos y admiramos se impliquen en cuestiones sociales que consideramos importantes. Es por eso que la RSC debe ocupar un lugar central en la organización de las empresas

La pandemia ha contribuido a acelerar un cambio en el modelo de consumo que busca alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible promovidos por Naciones Unidas. Las marcas deben ser capaces de establecer nuevas relaciones con los ciudadanos que sepan dar respuestas satisfactorias a los retos que estos les proponen. Estos son algunos de ellos.

1. Recuperar la confianza

En marzo de 2021, la publicación del Informe COVID-19 y consumo consciente. ¿Cuáles son las tendencias y la evolución del consumo responsable y sostenible?, impulsado por la consultora 21 gramos y Marcas con Valores en colaboración con DIRSE y B Lab Spain, dejaba claro que los consumidores desconfían de los valores de las marcas. De hecho, solo un 8% cree que las compañías llevan realmente a cabo aquello que prometen. Ante esto, se impone un modelo de comunicación más transparente, que permita establecer relaciones más cercanas y consistentes con los ciudadanos, basada en una metodología human centered.

2. Claridad en la comunicación

Ya no se trata solamente de ofrecer información veraz de los productos y servicios. Las compañías también deben ser capaces de responder a las preguntas de los ciudadanos en cuestiones relativas al compromiso social, como su fiscalidad o la huella ecológica que dejan con su negocio. Y deben hacerlo sin ambigüedades, proporcionando información veraz y comprobable, mostrando coherencia entre aquello que hacen y lo que predican.

3. Posicionamiento en cuestiones sociales

No esperamos de una compañía que se posicione en todo lo que ocurre en la sociedad, pero sí que se implique en cuestiones que le atañen directamente o bien que son importantes para el conjunto de la comunidad. En la era del CEO Activism, esperamos que las marcas y sus dirigentes sean capaces de implicarse en el buen funcionamiento de la sociedad.

4. Lo importante es la salud

La pandemia nos ha enseñado a colocar la salud física y mental en el centro de nuestros intereses. Las marcas deben dar ejemplo, tanto en lo relativo a la salubridad de sus productos como en el bienestar de los empleados. Eso implica un cambio en el modelo de producción de muchas empresas, hacia una mayor calidad en los procesos y también en el cuidado de los trabajadores.

5. Flexibilidad y teletrabajo

Durante este periodo hemos aprendido a ser flexibles. Las compañías que han sido capaces de reorganizarse, sin exigir a sus trabajadores que tomaran riesgos innecesarios, han sido en general mejor valoradas por la sociedad. La conciliación, los horarios adaptables a las necesidades personales o la opción de trabajar a distancia son medidas que representan a empresas que valoran la calidad de vida de sus empleados.

6. Saber admitir errores

La época de los triunfalismos y la opacidad en la comunicación ha quedado definitivamente atrás. El mencionado Informe COVID-19 y consumo consciente, advierte que un 92% de los ciudadanos valora positivamente que las marcas admitan equivocaciones y que muestren una sincera voluntad de enmienda, cuando ello es necesario. Las marcas que son capaces de reflexionar ante la audiencia, sin secretismos ni grandilocuencia, consiguen captar el interés gracias a la honestidad y la transparencia.

7. Fomento de la sostenibilidad

La tecnología puede servirnos para disminuir el consumo de productos de alto impacto medioambiental, reducir procesos y mejorar la organización de las empresas. Los ciudadanos valoran más que nunca las marcas que ofrecen productos sostenibles, elaborados de forma ética, capaces de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

8. Integración de la diversidad

Las compañías deben ser capaces de erradicar las prácticas abusivas o sesgadas, que perpetúan conductas inadmisibles en el siglo XXI, como el machismo o cualquier otra forma de discriminación. Bien al contrario, deben crear  políticas activas para integrar la diversidad de género, racial o cultural en sus organigramas.

9. Ética en el tratamiento de los datos

Según el ya mencionado informe, un 92% de los ciudadanos valora positivamente la gestión ética de sus datos por parte de las compañías. Las marcas que invaden nuestra privacidad, comercian indebidamente con nuestros datos o utilizan técnicas agresivas de comunicación publicitaria provocan cada vez un mayor rechazo del consumidor.

10. Favorecer el consumo responsable

De las marcas del siglo XXI esperamos una actitud responsable respecto a la incentivación del consumo. Cada vez somos más conscientes de que aquello que consumimos tiene una consecuencia directa social y medioambiental. Por eso, solamente las marcas que, en lugar de apostar por el beneficio rápido, favorezcan la compra reflexiva conseguirán construir relaciones de confianza a largo plazo con los ciudadanos.